Dos de los fallecidos eran integrantes del grupo Herederos de Sinaloa, y los otros de Los Ilegales, de Navolato
Media hora antes, dos salieron de lo que fue su última entrevista. Eran músicos en pleno inicio de su carrera.
Los cuatro eran jóvenes: dos integrantes del grupo Herederos de Sinaloa, y los otros de Los Ilegales, de Navolato.
En esos momentos fueron ejecutados con fusiles AK-47, 'cuerno de chivo'. Al parecer otros tres alcanzaron a escapar del atentado, ocurrido frente a las instalaciones de un diario local, de donde dos habían salido.
Información obtenida indica que los dos miembros de los Herederos de Sinaloa eran Rosario Mauricio Osuna, de 23 años, tocaba el bajo, y Jesús Antonio Parente Moreno, de 20, acordeonista, compositor y líder del grupo.
En tanto que de Los Ilegales de Sinaloa, también grupo norteño, se llamaban Árgel Manuel Ríos Lizárraga, de 23 años, y José Martín Quintero Martínez, de 18.
Atentado. A las 15:15 horas estaban en bulevar Leyva Solano, casi esquina con Aquiles Serdán, junto una camioneta Chevrolet Silverado negra, sin placas, y una Cherokee verde, placas VXT2609, de Sonora.
Revisaban el estado de un acordeón.
Ya cuando se disponían a realizar la compra del instrumento musical, por lo menos cuatro pistoleros bajaron de una camioneta Explorer o Yukon tinta, y les empezaron a disparar.
Tres jóvenes más que estaban en el lugar alcanzaron a correr, uno hacia el poniente del Leyva Solano, dos rumbo a la Aquiles Serdán.
Los jóvenes músicos quedaron muertos en el sitio. Uno intentó huir, se escondió detrás de un auto, pero un pistolero lo siguió y ejecutó. Quedó boca abajo, en la banqueta.
Al dispararle también dañó la fachada del diario, y un empleado resultó con heridas leves en la frente y un brazo, al quebrarse los cristales por una ráfaga.
El comando armado huyó por el Leyva Solano al poniente, en tanto que el tiroteo fue reportado a policías y grupos de auxilio.
Paramédicos de Cruz Roja llegaron rápido, pero ya los cuatro estaban muertos. Uno quedó con el acordeón en su mano.
Ministeriales, militares y elementos de la Unidad Modelo de Investigación Policial (UMIP), éstos últimos encargados de las pesquisas del caso.
Truncan su talento y juventud
El gremio musical nuevamente está de luto. La carrera artística de los jóvenes Jesús Moreno y Mauricio Osuna fue truncada por unas balas que les quitaron la vida y les arrebataron sus sueños, ilusiones, su amor y pasión por la música. A un año de haberse integrado, los jovencitos habían recorrido todo Sinaloa y parte de la república mexicana. Su sueño dorado era traspasar la frontera como otros grupos que ellos admiraban; poco les faltaba: sus visas estaban en trámite y su internacionalización cada vez más cerca. Todo tenían para triunfar. Su carisma, perseverancia y emoción por su música los llevó a entregar alegría, baile y diversión, pero a la vez este camino los condujo a un final trágico que ayer y hoy ha hecho llorar a miles de fans que los llevarán en sus corazones. Sus emotivas canciones, así como su estilo 'sierreño' quedaron para la posteridad. Una vez más talentos musicales de Sinaloa tienen un desenlace fatal al igual que en aquel corrido: Chuy y Mauricio; sin duda dejan de brillar en el firmamento dos grandes estrellas. Durante su última entrevista con EL DEBATE el pasado miércoles, los músicos dijeron: "nuestro primer disco fue de puros corridos, pero en éste nos entregamos al romanticismo, a las canciones de amor y desamor", comentó Mauricio Osuna. Después toma la palabra Jesús Antonio Parente, mientras muy sonriente asegura: "es que nos está pegando duro el amor". Aquí mismo murieron también otros dos jóvenes: José Martín Quintero Martínez y Árgel Manuel Ríos Lizárraga, del grupo norteño Los Ilegales de Sinaloa; ellos también luchaban por un lugar en este competido medio musical.